¿Cómo me puedo arrepentir verdaderamente de mis pecados?

¿Cómo confieso y me arrepiento de verdad de un pecado? ¿Cómo le pido a Dios que luche por mí contra la lujuria y otros pecados en mi vida?

Muchas gracias por tu pregunta, la cual creo que vino de lo más profundo de tu corazón. Nuestro Padre celestial se complace, cuando deseamos arrepentirnos de nuestros pecados. Parece que tu principal preocupación es saber qué define la confesión y el arrepentimiento verdadero. El arrepentimiento genuino requiere una clara comprensión del pecado que cometimos contra Dios, un dolor sincero delante de Él, un deseo profundo de estar otra vez cerca de Él y cambios concretos en nuestro comportamiento y actitud. Un corazón arrepentido es un regalo que nos da el Espíritu Santo; y Dios se complace en guiar a Sus propios hijos de vuelta a Él. ¡El hecho de que le escribas a QT life en busca de ayuda es una señal de que el Espíritu Santo te guía al arrepentimiento!

El verdadero arrepentimiento proviene de enfocarnos en la santidad de Dios, no en cómo nos sentimos. A veces, solo le decimos a Dios que lo sentimos, porque nos sentimos culpables por nuestro pecado y queremos sentirnos mejor. Nuestro arrepentimiento es en estos casos muy efímero. Volvemos al mismo ciclo de pecar y de pedir perdón, una vez que nos sentimos mejor.

Sé específico sobre los pecados que has cometido, cuando los confieses a Dios, en lugar de ser general y decir: “Dios, perdona mis pecados”. No podemos arrepentirnos verdaderamente, sin nombrar claramente nuestros pecados. Además, necesitamos conocer a Dios para saber qué acciones son pecaminosas ante Sus ojos. Así que, te animaría a leer la Biblia y a dejar que Sus palabras te revelen cuáles pecados confesar. Subrayo frecuentemente los pecados descritos en los pasajes bíblicos, cuando realizo mi devocional, y confieso esos pecados que los personajes bíblicos y yo hemos cometido contra Dios. 

Te preguntas cómo puedes pedirle a Dios que luche por ti contra la lujuria y otros pecados en tu vida. No hay una forma correcta de orar al respecto. Lo que le importa a Dios es tu corazón. Ten fe en que Dios te socorrerá, cuando le pidas que te ayude a vencer tus pecados. Tu padre no te dará una piedra cuando le pidas pan.

En cuanto a la lucha específicamente contra la lujuria, hay muchas razones por las cuales alguien podría luchar con ella. Se relacionan frecuentemente con el quebrantamiento en nuestra autoimagen, nuestro entorno familiar o la forma en que crecimos. Por eso, necesitamos no solo el arrepentimiento en nuestro corazón, sino también la sanidad de Dios, cuando se trata de enfrentar nuestro pecado. Por ejemplo, algunos consejeros han llegado a la conclusión que la masturbación es una forma de buscar el consuelo, producto de no recibir mucho amor de parte de los padres en la juventud. Estas personas también pueden buscar la sanidad de Dios, por el dolor de no recibir suficiente amor de sus padres, cuando confiesan su pecado de la masturbación. Nuestra lujuria también puede venir de una tendencia a idolatrar el cuerpo físico, como una forma de satisfacer nuestros deseos sexuales. En este caso, cuando confesamos nuestra lujuria, debemos confesar nuestra idolatría también.

Tener deseos sexuales es normal, porque fueron dados Dios, pero estos deseos deben ser controlados por la verdad bíblica, no por nuestros impulsos pecaminosos. Nosotros, los seres humanos, tendemos a ser particularmente vulnerables en esta área, así que cuando te sientas tentado a satisfacer tus deseos sexuales de una manera que va en contra de la voluntad de Dios, no te quedes cerca de la fuente de tentación y trata de resistirla. El apóstol Pablo nos ordena a “huir de la inmoralidad sexual” (1 Co. 6:18). Huye de la fuente de la tentación. Dichas fuentes pueden incluir sitios web con anuncios o materiales pornográficos o estar a solas con tu novia. Es importante que seamos vigilantes en nuestra lucha contra este pecado.

También te recomendaría encontrar un compañero de oración que escuche tus confesiones, luche contigo con oraciones fervientes y comparta tu carga. Esta batalla contra el pecado es dura y no podemos librarla solos. Confesar nuestros pecados a cristianos maduros en quienes confiamos es muy útil, porque tendemos a huir de Dios cuando pecamos. Si tenemos a personas que entienden nuestra dificultad y debilidad, pueden ayudarnos, rodeándonos de oraciones y apoyo. Por último, quiero animarte porque tú no estás solo en esta batalla. Cobra aliento, ya que el Señor está de tu lado.

En Cristo,

(Los devocionales que te ayudarán a profundizar en tu relación con Dios están aquí)

Winnie

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *