Querido QTlife He estado teniendo relaciones sexuales con mi novio, durante el último año. Nunca pensé mucho sobre el sexo, pero creo que este es un acto reservado para cuando realmente amas a alguien. Mi madre se quebrantó, cuando se enteró. Me hizo prometerle que nunca volvería a acostarme con mi novio, pero mentí y lo volví a hacer. Mi novio y yo hemos hablado de parar, pero volvemos a hacerlo. Sé que lo que hago está mal, no solo porque lo dice mi madre, sino también la Biblia. Pero el problema es que parece que no puedo parar. ¿Qué hago?
Querida lectora
Gracias por compartir con honestidad. Hay muchos jóvenes que atraviesan por una lucha similar, y tú hablas por aquellos que tal vez no tengan el coraje o el deseo de sacarlo a la luz.
Reconocemos que es difícil dejar de hacer algo, solo porque se nos dice que paremos. Sin embargo, como cristianos, la razón principal para dejar de pecar es porque queremos amar y honrar a Dios con nuestra vida. Reconocemos que nuestro pecado nos separa de Dios, incluso los pecados que no parecen tan malos. Nuestro pecado es la razón por la que Jesús sufrió y murió en la cruz. Podemos experimentar lo que significa apropiarnos de la sangre de Jesús en nuestra vida y experimentar su perdón, sanidad y restauración, cuando acudimos a Dios con un verdadero arrepentimiento.
Una parte importante del arrepentimiento y la restauración es buscar la rendición de cuentas de forma piadosa. Por favor, trata de hablar con tu pastora o con una cristiana madura en quien confíes, quien escuchará tus luchas y te hará rendir cuentas. Esta persona no puede ser tu novio, debe orar contigo, mantenerte encaminada y alentarte cuando falles. Exponerte a la luz te ayudará mucho en tu lucha. Si libras esta batalla sola, sin la ayuda y el apoyo de otros, será fácil volver a caer en la tentación.
Tu compañera de rendición de cuentas puede recomendarte que pases menos tiempo a solas con tu novio. Pablo nos enseña a huir de la inmoralidad sexual, al saber lo difícil que es vencer la tentación (1 Co. 6:18). Escoge la palabra “huir” en lugar de “enfrentar” o “vencer”, porque sabe muy bien cuán débil es nuestra carne. Nos dice literalmente que huyamos. Esto se aplica a la intimidad física. Trazar límites sabios con respecto al contacto físico te ayudará a evitar expresiones físicas más serias. Encuentra algunos lugares públicos para que pasen juntos el tiempo. Podrían ir a una cafetería o un centro comercial; no se queden en casa ni traten de pasar mucho tiempo solos. Busquen amigos cristianos de tu edad y algunos amigos mayores también. Habla abiertamente con parejas mayores sobre todos los aspectos de tu relación.
No solo nos abstenemos de ciertas cosas en el proceso de alinearnos con Dios, sino que buscamos llenarnos de cosas que sean verdaderas, respetables, justas, puras, amables y dignas de admiración (Fil. 4:8). Te animo a pasar tiempo con Dios en Su Palabra, y Su verdad te ayudará a renovar tu mente y corazón. Los Salmos nos enseñan cómo permanecer en el camino de la pureza: viviendo conforme a Su Palabra (Sal. 119:9).
Crecerás en sabiduría y estarás en una mejor posición para discernir lo que es correcto, cuando busques al Señor de todo corazón y recuerdes las Escrituras que hay en tu corazón.
Primera de Corintios nos muestra que Dios creó las relaciones sexuales para que fuera algo más que un acto placentero para disfrutar con alguien que amas, pues también es una expresión de la unión de dos personas en el matrimonio que se convierten en una sola carne. Al principio, puede parecer que la Biblia sea demasiado restrictiva. Sin embargo, Dios establece límites para las relaciones sexuales con una buena razón: es porque Él diseñó el sexo para ser una de las expresiones más poderosas y preciosas de la unidad. El sexo fue creado, diseñado y dado a nosotros como un regalo precioso de Dios. No es solo una unidad física, sino una forma de entregarse a sí mismo en un compromiso de por vida en el matrimonio.
Rechazamos a Dios diciéndole que no nos importa lo que Él tenga que decir con respecto a su creación, cuando tomamos el sexo fuera de los límites del matrimonio. Negamos Su autoridad sobre nosotros como nuestro creador. Rechazamos a Dios, al participar en las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Esta es la esencia del pecado.
Dios entiende que el sexo es algo que deseas, pues Él mismo lo creó. Una madre que ha preparado una comida deliciosa quiere que su hijo la disfrute. Un padre que ha provisto una cama cálida para su hijo quiere que él duerma y descanse. Pero una madre guiará tiernamente a su hijo para que no coma en el momento equivocado, y un padre no va a querer que su hijo duerma todo el día. El sexo es importante y maravilloso, y puedes confiar en que las pautas que Dios nos dio para las relaciones sexuales son las mejores y para nuestro propio bien.
En Cristo,
(Los devocionales que te ayudarán a profundizar en tu relación con Dios están aquí)
Winnie Winnie Wu
Winnie Wu tiene una maestría en Teología de la Universida Torch Trinity Graduate en Seúl, Corea. Se desempeña actualmente como pastora de jóvenes en una escuela secundaria en Hong Kong, donde creció. A Winnie le encanta cantar y le gusta cultivar el amor por la Biblia entre los jóvenes, enseñándoles a meditar en Su Palabra y facultándolos para enseñar la Biblia a los demás.