Querido QTlife Me diagnosticaron recientemente anorexia nerviosa, la cual se interpuso en mi relación con Dios. Sé que ando por una senda de destrucción, pero no sé cómo dar marcha atrás. También lucho contra otros trastornos como el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) y la ansiedad. ¿Qué dice la Biblia acerca de los problemas de salud mental y cómo puedo navegar con Dios a través de esta tormenta, aunque me sienta tan destrozada e insignificante en mi interior?
Querida lectora
Gracias por tu pregunta. Es natural que nuestros sentimientos físicos y mentales nos afecten espiritualmente. Del mismo modo, nuestro estado espiritual también afecta nuestro estado físico y mental. Según la Anxiety and Depression Association of America (ADDA), hay casi cuarenta millones de personas afectadas por la ansiedad o los trastornos relacionados, como los trastornos alimenticios y la depresión. Quiero que sepas que no estás sola en tu lucha, y espero animarte a tratar de encontrar descanso, a sabiendas que nuestro Padre celestial ya sabe por lo que atraviesas y dispuso una manera para que recibas reposo, consuelo y sanidad en Él. Dios no se sorprende con ninguna de nuestras luchas y desea caminar junto a nosotros a través de ellas. Su redención siempre obra en nuestra vida y Él usa nuestro sufrimiento para conformarnos a Su semejanza y para que ayudemos a otros que puedan estar atravesando por las mismas dificultades.
La ansiedad y los trastornos relacionados con la ansiedad son más comunes de lo que pensamos. Son una realidad de este mundo roto, y la Biblia describe muchos casos de personas piadosas que sufrieron tiempos de profunda depresión y oscuridad. La ansiedad juega un papel importante en la salud mental. ¿Sabías que la palabra ‘ansiedad’ aparece en la Biblia ocho veces y que ‘ansiosos’ se menciona en veinticinco oportunidades? Más específicamente, Proverbios 12:25 dice: “La angustia [ansiedad] abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra”. Hay dos cosas que notar aquí: la angustia o ansiedad es un problema del corazón, pero una palabra amable la contrarresta. Los creyentes están llamados a animarse unos a otros en su vida, diciéndose mutuamente no solo palabras amables, sino a compartir la Palabra de Dios. Además, tanto Pedro como Pablo les escriben a las iglesias pidiéndoles que no se inquieten y que depositen toda ansiedad en Dios (Fil. 4:6, 1 P. 5:7). Jesús les dice a sus oyentes que no estén ansiosos, sino que confíen en él: en última instancia, confiar en Jesús elimina la ansiedad. ¿Para qué debemos confiar en él? Podemos confiar que Jesús ya lidió con nuestro mayor problema, nuestro pecado, y nos adoptó como sus hijos. Nada puede cambiar nuestro estado ni separarnos de su amor. Debemos confiar en que Jesús se preocupa por nosotros, que nos provee todo lo que necesitamos y que nunca nos abandonará. En última instancia, debemos aprender a confiar en Jesús, viviendo un día a la vez, para construir nuestra relación con él.
A medida que aprendas a navegar a través de este punto difícil con Dios, quiero recordarte que la base de nuestra relación con Dios nunca se debe a algo que hayamos hecho o que vayamos a hacer. Fuimos adoptados en Su familia, por lo que él hizo por nosotros a través de Cristo. Por lo tanto, siempre que sientas que tu relación con Dios no está donde debería estar, te animo a que no caigas en la trampa de pensar que debes o puedes hacer algo para recuperar el tiempo perdido o eliminar la distancia que se creó con el Señor. Más bien, te animo a que simplemente regreses a Él, confiando en Su gracia, Su misericordia y Su amor. Por eso, no creo que sentirse quebrantada e insignificante sea una razón para que te mantengas alejada de tu Padre. El reconocer que estamos mal nos sirve para recordar que Jesús vino a la tierra específicamente por personas como nosotros. Acudimos a Jesús en nuestro sufrimiento, porque Él es nuestro gran médico y sanador. Él sabe y comprende nuestras luchas físicas, emocionales, mentales y espirituales, y puede sanarnos.
Resistir en este período de tiempo en tu vida no es algo que tengas que hacer sola. Oro para que sepas que Dios está contigo en cada paso del camino, mientras buscas el consejo de profesionales de la salud mental, de líderes espirituales con experiencia en esta área y de familiares y amigos. Aférrate a Sus palabras día a día, mientras avanzas, ya que no son palabras vacías de ánimo, sino palabras que dan vida y paz (Juan 7:37–38; 16:33).
En Su amor,
Por: Inho Ko
(Los devocionales que te ayudarán a profundizar en tu relación con Dios están aquí)